“El nonsense, un arma contra las mentes cuadradas”.Consuelo Armijo
“¡Vaya usted a saber los disparates que nos pueden estar transmitiendo la créme de la intelectualidad hoy en día; lo que nos pueden engañar nuestros ojos, que ven con toda claridad cómo el sol se marcha (por el oeste, para más señas); las atrocidades que lo que llamamos “lógica” nos puede hacer creer, o casi peor, las maravillas que nos está ocultando!”

Me encantan los autores como Lewis Carrol que intentan imaginarse otro mundo al intentar darles respuesta a este, como ocurre en su obra “Alicia en el país de las maravillas”. Este en realidad se llamaba Charles Lutwidge Dodgson, y a pesar de vivir en una familia con descendencia eclesiástica y militar, era un buen pensador lógico y matemático.
Quién dice que un futuro como él describe en su historia los gatos no hablaran o los conejos no llevarán relojes, pues antes era inimaginable hablar con alguien que estuviera en otra habitación mismamente y la estuvieran viendo, la videollamada hace unos años era para cuentos y fantasías.
Hablando de este autor me parece curioso saber de dónde venía su seudónimo, pues bien en 1856 publicó su primera obra con el seudónimo que le haría famoso: un predecible poemilla romántico, «Solitude», que apareció en The Train firmado por Lewis Carroll. El sobrenombre lo creó a partir de la latinización de su nombre y el apellido de su madre, Charles Lutwidge. Lutwidge fue latinizado como Ludovicus, y Charles como Carolus. El resultante, Ludovicus Carolus, regresó otra vez al idioma inglés como Lewis Carroll.

Perfecto, perfecto y perfecto!!!
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